sábado, 4 de diciembre de 2010

CARTA PARA PAUL RÍOS (LOKARRI)

   El pasado día 28 de noviembre ElCorreo publicaba una entrevista a Paul Ríos, a la sazón, coordinador o director de Lokarri. La entrevista versa principalmente de los acontecimientos que están acaeciendo alrededor del fin de ETA y la opinió que Paul Ríos tiene sobre los mismos. En la entrevista se le hacen dos preguntas, una de ellas, directamente aludida a mi persona en relación con la carta que remití al periódico y que ya la inserté como entrada. Las preguntas en cuestión son las siguientes:

La foto de Brouard
- ¿Cómo valora el gesto de las dos víctimas de ETA que acudieron al homenaje de Brouard?

- La foto valía más que mil notas de prensa sobre reconciliación. Sería importante que esos gestos se repitieran en el futuro, pero para que se produzcan requieren de una reflexión individual. Rosa Rodero y Cristina Sagarzazu han hecho este esfuerzo, pero no se lo podemos exigir a todas las víctimas. A las instituciones sí les pediría que contribuyan a que estos gestos se repitan.
- Josu Puelles no lo ve igual. Entiende que no hay reciprocidad en el mundo de Batasuna.
- Estos gestos no son exigibles a todas las víctimas y menos a familiares de víctimas recientes. Puelles fue asesinado hace año y medio y su hermano no ha tenido tiempo de llegar a la reflexión de Rodero y Sagarzazu. La grandeza de estas dos mujeres es que tomaron la decisión sin esperar reciprocidad. 

   Intenta usted restar credibilidad, veracidad o importancia a la carta que dirigí a Rosa Rodero y Cristina Sagarzazu, con el vano argumento de la cercanía temporal del asesinato de mi hermano Eduardo Puelles, incapacitándome emocionalmente para realizar juicios reflexivos justos que usted identifica con el de ellas. Literalmente dice “…no ha tenido tiempo de llegar a la reflexión de Rodero y Sagarzazu…”. Cierto que no ha pasado ni año y medio desde entonces pero le puedo asegurar que he recibido multitud de llamadas y mensajes de otras víctimas de ETA, algunas con más tiempo para la reflexión que las propias Rosa y Cristina, y todas me han transmitido su apoyo y han suscrito al ciento la carta remitida. Entiendo que salga en defensa de Rosa y Cristina, pues ambas forman parte del colectivo que usted dirige, Lokarri, han suscrito el documento de adhesión a la Declaración de Bruselas que usted ha promovido y han dejado en su revista perlas verbales como “No es a ETA a la que hay que derrrotar es a la violencia… las víctimas de ETA somos la consecuencia de un conflicto no resuelto y ya es hora de hablar del problema que todos tenemos encima, de sus causas y de sus consecuencias”. (Cristina Sagarzazu,28-11-06). Lo cual me anima a ratificarme en todas y cada una las argumentaciones que expuse en esa carta.
   Si tengo que dejar pasar quince años para llegar a este tipo de reflexiones, espero que, llegado el momento, me incapaciten legalmente para el resto de mis días.
     
   Asimismo, el señor Paul Ríos, vierte la siguiente opinión en relación al documento de bases de Principios rectores para un final de ETA sin impunidad, que han confeccionado el 99% de las asociaciones y fundaciones víctimas del terrorismo. La pregunta y su respuesta es la siguiente:

¿Qué opina del manifiesto hecho público por las asociaciones de víctimas esta semana?
- Hay que diferenciar algunas asociaciones del colectivo de víctimas. A algunas agrupaciones se les han roto los esquemas. Siempre han apostado por la derrota de ETA y ahora están descolocadas por la posibilidad de que la violencia desaparezca por sí misma. Como querían la derrota y la humillación, están alzando su voz. Luego está el tema penitenciario. Las víctimas tienen qué decir en reconciliación, reintegración... pero las cuestiones penitenciarias corresponden a las instituciones. Estas asociaciones se oponen a una mesa de partidos porque es algo extraparlamentario y luego ellas quieren suplantar a las instituciones. Eso no les compete.

   Sin querer entrar en una deriva de réplicas y contraréplicas, aprovecho este blog para rebatir al señor Paul Ríos sus argumentos al respecto.

   Veamos, Lokarri es una organización social, independiente y plural que lucha por la paz y la normalización de la convivencia en Euskal Herria...La misión, el proyecto y la propia denominación de esta red ciudadana se vinculan a este compromiso que pretende reflejar la voluntad social mayoritaria de acuerdo, consulta y reconciliación.
  
   Así, al menos, se define en su página web. En realidad son los herederos de aquel otro movimiento ciudadano llamado Elkarri, que con una autopretendida aureola de imparcialidad y pluralismo ciudadano, no tuvieron ningún reparo en poner su firma, junto a la de ETA, en el Pacto de Lizarra, de nefasto resultado para la convivencia democrática, tanto política como social, del País Vasco, en la que literalmente, discriminaban del ámbito de decisiones políticas a la mitad de la ciudadanía vasca, señalándolas, además, como los enemigos de lo que ellos denominan Euskal Herria, representada en los partidos como el PSE, PP, UPN, CDN, etc...
   Más adelante definen sus objetivos: "Lokarri debe servir para unir, sin exclusiones y sin vencedores ni vencidos, en el proceso de solución. La misión de Lokarri es, por ello, ser lo que sirve para unir, en concreto, hacer de la propuesta de acuerdo, consulta popular y reconciliación un factor de unidad e integración social y política. "
Y para conseguir sus objetivos los basan en los siguientes principios:
   * La defensa de la no violencia, la vida y los derechos humanos como absoluto ético. Ninguna causa justifica el uso de medios que atenten contra la dignidad humana. Los derechos y libertades fundamentales tanto en sus expresiones individuales como colectivas deben respetarse sin excepciones.
   * La opción por el diálogo sin exclusiones y el pluralismo como fundamento de la convivencia. La diversidad de nuestra sociedad exige un esfuerzo constante de diálogo e inclusión. La no unilateralidad, el acuerdo y la obligación de pactar son criterios básicos para nuestra convivencia.
   * El respeto a la voluntad popular y a los principios democráticos como regla básica de la política. Nuestra sociedad tiene la capacidad y la voluntad de decidir sobre su futuro sin vetos, ni imposiciones, y mediante procedimientos exclusivamente democráticos. Esta voluntad debe ser políticamente respetada y legalmente encauzada. 

   Y ya vale de hacerles propaganda que con lo que hay, ya tenemos suficiente.

   Bien, en realidad, y ciñéndonos a sus propias definiciones, es obvio, que nacen viciados de origen. Afirman ser independientes y plurales, (cuando en realidad querrían decir independentistas y singulares), pues asumen como punto de partida irrenunciable la necesidad de una consulta, a la que se ha de llegar por vía del acuerdo para conseguir la reconciliación. Este acuerdo debe hacerse sin exclusiones, sin vencedores ni vencidos, o sea, con ETA y sin reprocharles nada, ni por los medios usados, ni por sus fines ideológicos (al fin y al cabo comparten los mismos objetivos), ni por los asesinatos cometidos, los heridos ocasionados, los obligados al exilio. Y mucho menos sin posibilidad de aplicárseles justicia, (por cierto, ¿habeis visto por algún lado de su página web esta palabra como eje vertebrador de la reconciliación futura? No, verdad. Que curioso que la misma se ignore y en cambio sea imprescindible para alcanzar dicha reconciliación, el acuerdo, la negociación, el diálogo, la defensa del pluralismo, en fin, patético).
   Para Lokarri (o sea Paul Ríos) lo determinante es que no haya violencia en el contexto de ese acuerdo o diálogo, pero poco dicen de la violencia habida y que ha servido de coacción para, entre otras cosas, asumir la necesidad de llegar a una negociación con los terroristas, a un acuerdo.  La ausencia de violencia exigida hay que entenderla como un recurso semántico para no reclamar a ETA su  completa, absoluta y definitiva desaparación. La ausencia de violencia,  así entendida, se circunscribe, exclusivamente,  al resultado activo de la misma, a la comisión directa del acto violento, es decir, al asesinato concreto, a la colocación de artefactos explosivos, extorsiones a los empresarios, amenazas directas, etc... Pero la sociología y la psicología moderna amplían el campo hermenéutico de la violencia, no sólo a esas expresiones, si no a la violencia en estado latente, como amenaza subliminal o implícita en nuestras actitudes. En nuestra sociedad hay ejemplos claros de este tipo de violencia latente. Por ejemplo, un hogar donde se llevan produciéndose agresiones de violencia de género (sobre la mujer) o doméstica (sobré hijos, padres, etc...), de forma sistemática y duradera, por parte del cónyuge, o del miembro familiar que sea, no deja de estar sometida a esa violencia por el mero hecho de que haya días que el victimario no realize acciones activas violentas. Su sóla presencia en el hogar es motivo de generación de un estado de temor, sentido por sus posibles víctimas, que vivirán, en el mejor de los casos, en una situación de violencia latente, a la espera de la reacción violenta activa  del victimario en cuanto éste entienda que tiene el menor motivo para iniciarla. 
   Otro ejemplo: Nadie entendería que no existe, al menos, una violencia latente, subliminal o implícita si viéramos a ciudadanos paseándose por la calle con un bate de beisbol o portando un cuchillo o navajas. Aunque en ese momento no amenazaran a nadie directamente, es obvio, que la violencia latente en esas actitudes es evidente y el efecto que provocan es de temor. 
   Esta es la situación que queda recreada por  la fórmula verbal "ausencia de violencia". ETA, lleva asesinando, extorsionando, amenazando, más de cincuenta años. Su mera existencia, por lo tanto, es una forma de seguir ejerciendo la violencia, aunque no haya acciones activas violentas. Es una amenaza directa, que los interlocutores de un hipotético diálogo no pueden permitir. Así entendida esta "ausencia de violencia", puede ser aprovechada por su brazo político para extraer de sus interlocutores concesiones, so pena de  advertirles que son necesarias para contentar a la bestia y así poder continuar en una situación de "ausencia de violencia", concesiones que,  sin la mera existencia de la banda terrorista, les sería imposible o muy difícil de conseguir.
   Pues bien, esta idea es la que subyace en la famosa Declaración de Bruselas, que a instancias de la propia izquierda abertzale y patrocinada por Lokarri, el amigo Brian Currin, con la  ignorante complicidad de diversas personalidades internacionales, nos  ha querido colar y a la que se remiten continuamente los terroristas y sus adláteres.
   Por otra parte, asumir la necesidad de una negociación para alcanzar un acuerdo lleva implícito la cesíón de algo, es decir, esperan que el Estado Democrático de Derecho ceda a alguna de las pretensiones de la otra parte, que por otro lado, quedan muy claras desde el principio, el acuerdo sólo debe de llevar a la realización de una consulta popular (eufemismo con el que quieren esconder el concepto independentista o separatista). Pero lo realmente perverso de su visión-misión es que, a pesar de repetir continuamente las palabras diálogo, acuerdo, consulta y reconciliación, ese acuerdo, esa negociación, ese diálogo, ha de hacerse a espaldas y fuera de los procedimientos democráticos de un Estado de Derecho, amén de realizarse bajo una situación de violencia latente, como ya hemos visto. Es decir, no se han de realizar a través de los parlamentos, ni de los procedimientos legales previstos en nuestra democracia. No, ha de hacerse a través de una mesa de partidos, sin exclusiones de agentes sociales, etc... y su resultado final, o sea, el acuerdo al que se llegue, lo tiene que respetar el Estado de derecho, sin someterse a sus reglas y procedimientos, o sea, al imperio de la Ley. Poco importa que ese acuerdo sea ya de por sí contraria a los principios democráticos, pues no sólo se ha adecuado a ninguno de su procedimientos, si no que además su esencia substantiva es contratria a la misma. Pues  no contentos que este planteamiento, califican esta forma de proceder como procedimientos exclusivamente democráticos. ¡¡¡Cuánta pedagogía democrática hace falta!!!.
   Este filia por el Acuerdo es  muy vasca. Así, no tendrán reparo en afirmar que los Fueros se consiguieron por este procedimiento o que el llamado Abrazo de Vergara estaba inspirado en el mismo principio. Es decir, los vascos podemos legislarnos mediante el acuerdo, al margen de las Leyes y procedimientos del momento. Ni que decir cabe que ya, sólo asumir este tipo de proceder político, es estremecedoramente antidemocrático, pues da por bueno el uso de la violencia política para forzar la racionalización de la idea de llegar a una negociación sobre los extremos en los que los violentos no estén de acuerdo. 
   Pues bien, si leéis detenidamente la respuesta que da sobre el acuerdo de bases alncanzado por las asociaciones y fundaciones de víctimas, no tiene ningún reparo (y no se le cae la cara a trozos), para afirmar que  "Siempre han apostado por la derrota de ETA y ahora están descolocadas por la posibilidad de que la violencia desaparezca por sí misma","Estas asociaciones se oponen a una mesa de partidos porque es algo extraparlamentario y luego ellas quieren suplantar a las instituciones. Eso no les compete.". Está claro que para el señor Paul Ríos no solo no hay que derrotar a ETA, no hay que deslegitimar su proyecto político para el que han usado la violencia, claro, él comparte dicho proyecto político, si no, que ni siquiera es democrático pedir justicia por los asesinatos comentidos, los heridos producidos, etc... Intentan confundir a la ciudadanía haciendo  incapié en la ausencia de violencia, pero todos sabemos ya que la violencia no es el problema. La violencia es el instrumento que ha utilizado, utiliza y utilizará ETA para imponer su proyecto político legitimado desde la política en dos pilares básicos: la falacia historicista del conflicto vasco y la defectividad de nuestra democracia. Dice que no es competencia de la asociaciones de víctimas suplantar a las instituciones, pero él y su organización no tienen ningún reparo en autoproclamarse impulsores y promotores de acuerdos antidemocráticos. Ahí es nada. Eso señor Ríos si es desvirtuar una democracia.

PRINCIPIOS RECTORES PARA UN MODELO DE FIN DE ETA SIN IMPUNIDAD

Hola a todos. Aquí os dejo el Documento de Bases por unos Principios Rectores para un modelo de fin de ETA sin impunidad que ha sido suscrito por practicamente el 99% de las asociaciones y fundaciones víctimas del terrorismo ( a excepción de la asociación Voces contra el Terrorismo que preside el inefable Alcaraz). Personalmente suscribro dicho documento al ciento. Leerlo y ya me contareis lo que opináis al respecto.

DOCUMENTO DE BASES

PRINCIPIOS RECTORES PARA UN MODELO DE FIN DE ETA SIN IMPUNIDAD

REUNIÓN DE ASOCIACIONES Y FUNDACIONES DE VICTIMAS DEL TERRORISMO


MADRID, 23 DE NOVIEMBRE DE 2010


1. INTRODUCCIÓN

En primer lugar deseamos mostrar nuestro reconocimiento a todas las víctimas de distintos grupos terroristas que han actuado en España, aunque en este documento nos centraremos en el caso de ETA.

Después de 50 años de terrorismo de ETA, la situación de debilidad que vive la organización terrorista hace suponer que podemos empezar a ver su final, aunque su decadencia puede ser aún larga y causar daño.

La debilidad de la banda no es fruto de la casualidad, sino de la actuación decidida del Estado de Derecho en la lucha antiterrorista, de los acuerdos entre los partidos democráticos, de la colaboración internacional y del hastío mayoritario con la violencia en Euskadi y Navarra, así como el compromiso decidido del resto de España. En consecuencia, es fruto de las políticas de tolerancia cero con el terrorismo y de deslegitimación del mismo puestas en marcha por los gobiernos central y vasco.

La posibilidad real del fin de ETA debe ser manejada, en todo caso, desde los principios que inspiran el Estado de Derecho.

Debe ser manejada, además, desde la perspectiva de que también se juega la fijación o no de los principios de la Verdad, la Memoria, la Justicia y la Dignidad de las víctimas de ETA, tanto de los asesinados, como de los heridos, como de los familiares de todos ellos. Y de toda la sociedad en cuanto que toda ella ha sido atacada por el fanatismo identitario de ETA.

Debemos atrevernos a escribir que los fanáticos de la identidad nacionalista han buscado durante largos años destruir la complejidad de la sociedad vasca y navarra para el cumplimiento de su sueño, mediante complejos mecanismos de control comunitario, adobado con procesos de intenso amedrentamiento y propaganda.

Por todo lo anterior, el futuro político de la sociedad vasca no puede escribirse sobre el proyecto político de ETA, aunque sea sin ETA y sin su violencia, porque de otra forma no habrá verdad en la Memoria, ni Dignidad, ni Justicia para sus víctimas que fueron asesinadas con el objetivo de favorecer la implantación del proyecto político de ETA.

No se trata de arrogarse de competencias ajenas, pero no cabe invocar la razón de estado para eludir un debate público, en su caso, sobre los principios rectores reales que van a regir el modelo del fin de ETA.


2. LOS PRINCIPIOS RECTORES DEL MODELO DEL FIN DE ETA

Las víctimas del terrorismo no tenemos competencia para diseñar ni ejecutar las políticas de los gobiernos, pero como cada ciudadano tenemos todo el derecho a exigir:

LA APUESTA POR LA CLARIDAD Y LA FRANQUEZA

Esto significa unos principios sobre el modelo del fin del terrorismo de ETA que incluyan:

- unas reglas de juego claras, comprensibles para todos.
- la cláusula explícita de resistirse a la impunidad judicial o histórica.
- que se evite caer en el juego semántico de ETA y Batasuna, siempre plagado de palabras torticeras, tacticismos maltintencionados y dobles sentidos para engañar.

LA APUESTA POR LA SENSIBILIDAD CON LAS VÍCTIMAS

Resulta especialmente pertinente que los poderes públicos, agentes políticos y grandes poderes y agentes mediáticos actúen con cierto autocontrol en cuanto a los usos propagandísticos del lenguaje en esta cuestión, para no inferir un dolor añadido, ni favorecer una extrema susceptibilidad entre quienes tienen las heridas más sensibles.


3. NOTAS BASICAS DE UN MODELO DE FIN DE ETA SIN
IMPUNIDAD

Las víctimas de ETA no tenemos competencia para diseñar ni ejecutar las políticas de los gobiernos, pero tenemos una especial cualificación para ejercitar nuestro derecho específico a la justicia y la dignidad debidas, así como para tener voz respecto a todo ello.

Ha de considerarse asimismo que las víctimas de ETA no nos hemos vengado y no hemos reclamado justicia privada. Nos hemos sometido a la ley en todo momento, lo cual tiene un valor extraordinariamente pedagógico respecto a la calidad democrática de nuestro futuro común. Nuestra sociedad no debería olvidar que en un Estado de Derecho el derecho a la justicia real no es negociable, ni relativo.

Si se permite algún tipo de impunidad, muchas de las víctimas no podrán completar su duelo. Resulta necesario un modelo de fin del terrorismo con ley y justicia. Precisamente por ello, y con todo el respeto, estamos cualificados para realizar una aportación que ayude a establecer los mínimos (formales y semánticos) que deben guiar a los diferentes actores que intervengan en este trayecto final.

3.1. No a la impunidad en el discurso o evitar la impunidad histórica. La necesaria reprobación de la historia de ETA es una exigencia y condición democrática básica.

Los asesinatos de ETA y toda su historia de acoso y coacción para la consecución de su proyecto político poseen, más allá de la dimensión del daño causado, una dimensión pública innegable. Porque no debemos olvidar que las víctimas de ETA lo fueron para la consecución de un fin político de los terroristas.

Su derrota pasa irremediablemente por no privatizar el daño, por no esconder la dimensión pública de lo que, en las personas asesinadas, quisieron destruir.

Por todo ello, creemos que lo primero que se debe exigir a ETA, a Batasuna y, en general, el entramado político de ETA, es la condena de la historia de terror de ETA, de toda esa historia, para garantizar que no nos encontramos con una de sus habituales jugadas puramente tácticas.

De no hacerse así, uno de sus objetivos clave para el futuro será seguir utilizando su depurada capacidad propagandística para establecer que esa historia del terror ha sido una historia legítima, y volverán a ofender gravemente a tantas familias rotas que ellos han provocado.

Si los responsables del daño causado no asumen su responsabilidad y no denuncian la historia del terror pretenderán relativizar nuestra memoria y verdad, como si fuera una opción más. Como si la sociedad democrática fuera un supermercado de las ideas, y la identidad asesina una opción más, banalizando una vez más, el mal y la historia de su terror.

Existe en la actualidad la tentación de banalizar lo que debemos exigir a ese mundo, precisamente por ello, es preciso tener muy claro que una narrativa que justifique a posteriori el terror de ETA significa tanto como justificar cada uno de los asesinatos que componen esa historia de terror. Significa tanto como decir que cada uno de esos asesinatos estaba bien, que había que cometerlo o que cometerlo no tiene valor. Sería tanto como volver a asesinar a cada una de las víctimas asesinadas.

Puede existir en la sociedad la tentación de establecer directamente un paréntesis, como si nada hubiera ocurrido, siguiendo la tendencia de una parte de la sociedad vasca y navarra que ha vivido así, de espaldas a la violencia fanática, neutral con esta grave y pertinaz vulneración de los derechos humanos contra una parte de sus vecinos. Sería conveniente evitar el establecimiento de un nuevo gran tabú comunitario: el de la repugnancia a escuchar la verdad del horror y sus ramificaciones en forma de violencia de persecución, la extorsión, los miles de niños que crecieron con un silencio obligado por la amenaza de muerte de sus padres....Los asesinatos son sólo la punta del iceberg de una trama completa de horror muchas veces consentido y difuso a la que debemos asomarnos colectivamente.

Es siempre eficaz socialmente enterrar bien a los muertos. Simbólicamente exige plasmar que fueron asesinados, y que lo fueron, ya lo hemos indicado, porque eran tenidos por los asesinos como un obstáculo para conseguir su fin político. Esa verdad tiene que traslucir con claridad en la narrativa que se escriba del pasado de ETA. De no ser así, construiremos el futuro sobre un engaño a sabiendas. (1)

3.2. Compromiso contra la impunidad jurídica

La historia de terror de ETA no tiene ninguna legitimación posible, debe ser condenada. Y esa condena debe ser exigida, mayoritariamente de forma pública, como pública es la estrategia terrorista.

Tal condena debe ser exigida como uno de los mínimos, sin cuyo cumplimiento no es posible ni reinserción particular alguna, ni participación alguna en el juego democrático. El mínimo, el primer límite, está en la condena de la historia de terror de ETA.

Hay mucha gente temerosa de exigir esto a ETA, como si fuera imposible. Pues bien, creemos que ya es hora de sacudirse los miedos y hasta el último gramo de tolerancia hacia una estrategia cruel y asesina.

3.3. Tolerancia cero con las identidades asesinas

Los representantes de la identidad asesina de ETA se asfixian fuera de las instituciones. La intención de Batasuna o de cualquier otra “marca blanca” del entramado político de ETA de presentarse a las elecciones municipales que se celebrarán el año próximo están trufadas de adornos semánticos y maniobras ambiguas que hacen imposible comprobar que no haya tongo o engaño, como ha sido habitual en todos estos años.

En el contexto político actual, existe una necesidad urgente de evaluar correctamente las pretensiones de ETA y Batasuna respecto a las elecciones locales y forales que se celebrarán en el año 2011. (2)

3.4. La política penitenciaria no debe convertirse en una política de gracia.

Un derecho inherente e irrenunciable a la condición de víctima del terrorismo, en cuanto ciudadanos con derechos completos, es el derecho a la Justicia.

La política penitenciaria sobre el colectivo de presos de ETA no debe considerarse como un instrumento de futura utilización para equivaler a políticas de gracia, porque las leyes no lo indican así.

Una política penitenciaria que llegara a basarse en la excarcelación anticipada de presos juzgados y sentenciados, enmascarándolo en una aplicación laxa de la progresión de grados, supondría una forma de impunidad.

Existe en la opinión pública española la tentación de pedir a las víctimas del terrorismo “generosidad”, instándoles a que sacrifiquen sus legítimas reclamaciones y renuncien a su justa reivindicación de justicia. Esta petición es una forma de chantaje moral, especialmente injusta teniendo en cuenta la naturaleza de los delitos y de la naturaleza de su duelo, todavía en parte pendiente y dependiente de un fin de la violencia sin impunidad.

3.5. El cumplimiento íntegro de las penas y de la ley

La Constitución de 1978, la ley General Penitenciaria, el Código Penal y el Reglamento Penitenciario suponen nuestra referencia en esta cuestión. Debe quedar claro que la reinserción significa, precisamente, el cumplimiento íntegro de las penas conforme a la ley.

No debemos olvidar que la reinserción social no es una finalidad absoluta de las penas privativas de libertad, sino que se trata de una orientación armonizable con otras finalidades de la pena y con la exigencia de justicia prevista en el art. 1 de la Constitución Española.

Para los casos que nos ocupan, la reinserción debe implicar un trabajo de asunción subjetiva de la responsabilidad con respecto al daño causado y una vertiente pública. Lógicamente se trata de casos individualizados porque no serían aceptables soluciones colectivas para el colectivo de presos etarras.

La experiencia comparada nos indica que resulta mucho más fácil para un terrorista dejar el terrorismo que profundizar realmente en el significado de su responsabilidad personal, profunda, con respecto a las víctimas que ha provocado.

Pero incluso reducir la exigencia a los terroristas que estén dispuestos a romper con la organización terrorista ETA al plano de actuaciones relevantes en el ámbito privado: escribir una petición de perdón, escribir el reconocimiento del daños personal causado o el pago de indemnizaciones pendientes no es suficiente, porque los asesinatos perpetrados por ETA para la consecución de su proyecto político poseen, además, una dimensión pública innegable .

La reinserción significa volverse a integrar en aquello que el delito ha roto. Lo que ha roto el delito terrorista de los miembros de ETA, además de la vida de familias enteras, son las reglas fundamentales de la convivencia aprobadas en derecho, atentando contra el Estado de Derecho y la Democracia basada en el pluralismo.

Los delitos de terrorismo tienen una dimensión pública, política, y es necesario que exista una satisfacción pública, política, del daño causado. Y esa satisfacción se puede dar si:

a) el arrepentido da un paso firme en pro de su reinserción, no un mero desenganche de la banda a la que pertenecía sin cuestionar nada de lo hecho ni plantearse realmente que ha supuesto su vida para él y sobre todo para sus víctimas.

b) El terrorista denuncia públicamente la violencia, los fines totalitarios que están en el núcleo de acción de toda organización terrorista, y a ser posible, colabora activamente con las autoridades para el esclarecimiento de los varios cientos de crímenes pendientes de resolver.

c) Todo ello conduce a que deben expresar su aceptación del Estado de Derecho.

La reinserción pública se convierte en un instrumento más de la deslegitimación del terrorismo, especialmente en los lugares donde todavía existen niños que justifican este tipo de asesinatos.

Consideramos además necesario establecer un cauce de información sobre la situación procesal de los delitos terroristas.

3.6. Contra la banalizacion del mal en la comunicación publica

Para los terroristas resulta relevante que las víctimas resulten irrelevantes para la sociedad. De hecho los terroristas etarras han utilizado toda su capacidad de influencia para que las víctimas y sus familias resultaran estigmatizadas y marginadas en sus entornos comunitarios durante años. Muchas de ellas se vieron forzadas a marcharse de sus hogares a lo largo de varias décadas y todavía hay focos comunitarios donde la estigmatización se mantiene casi intacta.

Un comunitarismo mal entendido y el poder del miedo generó un régimen de tolerancia hacia los propagadores de la identidad asesina en muchos rincones del País Vasco y Navarra, sin apenas resistencia, con enorme autocensura y miedo para ejercitar la crítica a los asesinos. La banalización comunitaria de los actos de los fanáticos permitió echar profundas raíces a esta subcultura de la violencia terrrorista.

Cualquier eventual exención de responsabilidades por la banalización de las palabras y los conceptos relativos al modelo de fin del terrorismo siempre supondrá una desvalorización de los humanos atacados, una banalización de los derechos humanos vulnerados de las víctimas.

La banalidad y frivolidad a la hora de utilizar algunos de los conceptos claves sobre los que pivota la definición de un modelo sobre el fin de ETA afecta profundamente a la sensibilidad de los más afectados por los efectos del terrorismo. En especial, sus siguientes manifestaciones:

-La invitación al perdón de la víctima como excusa para saltarse el derecho a la justicia, especialmente ofensivo cuando lo proclaman laicistas declarados. Un ejemplo paradigmático de la separación del plano legal y el moral, es que el Papa Juan Pablo II perdonó a Ali Agca, pero el preso siguió cumpliendo su pena.

-El recurso a la palabra “conflicto” para eludir la responsabilidad por la historia asesina de ETA.

-Los espacios imaginarios de equidistancia entre víctimas y victimarios para evitar sacar conclusiones que comprometen a la comunidad en las políticas de justicia y reparación.

-La predisposición de ciertos sectores de la opinión pública a juzgar con dureza extrema las palabras de las víctimas del terrorismo y con extrema indulgencia las de los asesinos y la organización terrorista.


4. ¿Y SI SE DIERA UN MODELO CON IMPUNIDAD?

En ese caso, las víctimas no podrían desarrollar un papel de deslegitimación ética, social y política que necesitará muy especialmente la sociedad vasca y navarra tras el fin de ETA, puesto que la aplicación de cualquier tipo de impunidad forzaría a elaborar un tipo de discurso en el que se diluyera el fondo de verdad objetiva de las víctimas.

La colaboración en el ejercicio público de memoria no resultaría coherente puesto que cualquier iniciativa institucional de investigación y preservación de la memoria se vería contaminada sustancialmente por el fondo de impunidad y necesitaría subterfugios eufemísticos. La reparación de las secuelas del terrorismo sería, como la culminación del duelo, una tarea incoherente y contradictoria.

En un modelo que tolerara dosis de impunidad, el pretendido apoyo a las víctimas del terrorismo se convertiría en un grotesco sarcasmo, por mucho que se utilizasen con éxito fórmulas retóricas, propagandísticas y de control mediático que lo enmascarase.


5. EPILOGO

El mundo de Batasuna pide una pista de aterrizaje. La piden con derecho a la impunidad, llamando a las excarcelaciones cuestión técnica y se suponen con derecho a legitimar un relato de la historia del terrorismo. Y antes y después, mesas y negociaciones políticas para defender, como mínimo, su propia esencia. El mundo de ETA, por otra parte, no ha renunciado a volver a su estrategia clásica del terror.

La victoria sobre ETA significa la victoria del Estado de Derecho sobre el totalitarismo, el fanatismo y la exclusión que supone el modelo de ETA y su mundo. La victoria sobre ETA debe evitar la legitimación de la historia del terrorismo y permitir cerrar en buena parte, y en paz, el duelo personal y comunitario de tantas heridas y tanto horror.


Suscrito por:

Fundación Fernando Buesa
Fundación Miguel Ángel Blanco
Fundación Gregorio Ordoñez
Fundación Alberto Jiménez Becerril
Fundación Tomás Caballero
Fundación Víctimas del Terrorismo
Fundación de Victimología
Federación de Asociaciones de Víctimas del Terrorismo de España
Covite
Asociación Víctimas del Terrorismo
Asociación Andaluza de Víctimas del Terrorismo
Asociación Murciana de Víctimas del Terrorismo
Asociación Valenciana de Víctimas del Terrorismo
Avocación Gallega de Víctimas del Terrorismo
Asociación Canaria de Víctimas del Terrorismo
Asociación Extremeña de Víctimas del Terrorismo
Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas
Asociación de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, Víctimas del Terrorismo.
Asociación de Ayuda a Víctimas del Terrorismo y Pro Derechos Humanos.
Asociación Dignidad y Justicia
Asociación Ayuda 11M
Asociación 11M Afectados


NOTAS:
(1) "...los que hoy son terroristas puede que mañana no lo sean, siempre y cuando ganen la batalla política". Pernando Barrena. 2007.

(2) "Hay más razones que nunca para la lucha armada, pero menos condiciones objetivas y subjetivas que nunca". Tasio Erkizia. 2010. Una de la condiciones a las que hace referencia es volver a entrar en las instituciones democráticas.

Asociaciones y fundaciones de víctimas del terrorismo, 24/11/2010