Hoy se cumple el noveno aniversario del asesinato en atentado terrorista de Iñaki Totorika Vega, Ertzaina, perpetrado por, ¿Adivinas quíen?, eso es, ETA. Tan sólo dos esquelas, promovidas y pagadas por sus familiares, amigos y compañeros, son la muestra de la MEMORIA SIEMPREVIVA, que algunos dicen preconizar. Pero, me pregunto yo, ¿Qué tipo de memoria ejercitamos?, ¿la selectiva?, ¿la que nos hace acordarnos sólo de los nuestros, los más cercanos, los más mediáticos? Joseba Arregi escribía en su alegato "Tejiendo la historia de la libertad" que:
- Cada asesinato de ETA es un monumento al Estado de Derecho.
- Cada asesinato de ETA invalida su proyecto político.
- La memoria de las víctimas es una cuestión profundamente política.
- La memoria de la víctimas lucha contra el olvido de la historia real, y por ello, es un ejercicio de libertad.
Entonces, ¿Por qué olvidamos a nuestras víctimas?, o peor aún, ¿Por qué olvidamos a algunas víctimas?. Iñaki era Ertzaina, murió en acto de servicio y hoy, el día de su aniversario, aquellas instituciones que tiene la obligación de velar por recuperar, conservar y divulgar su memoria, guardan silencio, o peor, no se acuerdan de ello. Una vez más dejamos pasar la oportunidad de crear un monumento al Estado de Derecho, de invalidar el proyecto de ETA, en definitiva, de ejercer la libertad.
El único homenaje que se le va a tributar a Iñaki, parte de su propia familia, amigos y compañeros con la celebración de un misa en la iglesia del barrio de Recalde en Bilbao el próximo día 21 de marzo. Desconozco la hora por lo que os lo anunciaré en cuanto lo sepa.
Desde estas líneas mi pequeño homenaje a Iñaki y mis más sincera solidaridad, afecto y cercanía a toda su familia.
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