sábado, 13 de marzo de 2010

En La Mente Terrorista

   Desde los atentados del 11-s, los norteamericanos se han volcado en el estudio psicológico que rodea al terrorismo. Hace unos meses tuve la oportunidad de leer un artículo publicado en el periódico The New York Times, (dicen, el más prestigioso del mundo), titulado En La Mente del Terrorista. Dicho artículo exponía, a través de los diferentes estudios psicológicos llevados al efecto, cuales son los procesos que pueden llevar a una persona a convertirse en terrorista. Antes de nada, aclarar que la mayoría de los terroristas que conforman los diferentes grupos terroristas no presentan psicopatías clínicas, es decir, que no son asesinos natos, ni psicópatas que dan rienda suelta a sus delirios mentales. Muy al contrario, son personas normales y corrientes, los cuales han debido de estar sometidos a un proceso psicológico que especialistas en la materia tratan de desentrañar. Se trata de averiguar el perfil psicológico del terrorista y yendo más alla de las motivaciones, que pueden se absolutamente idiosincrásicas, identificar y definir una serie de patrones que parecen concurrir en todos ellos. Hay que hacer mención a que es un estudio realizado con personas que han pertenecido a grupos terroristas de toda índole (IRA, ETA, Al QAEDA, etc...)
   A modo de resumen os traigo los patrones encontrados según el estudio realizado por diferentes especialistas en psicología:
   
   1º. - EL CAMINO HACIA LA VIOLENCIA:
   Jerrol M. Post, catedrático de psiquiatría, psicología política y asuntos exteriores de la Universidad George Washington ha determinado cuatro pasos previos:
   1.1. La Transmisión Generacional:
                                                       Se inicia a edades tempranas, dentro del núcleo familiar. Aquellas familias muy politicamente ideologizadas, transmiten una serie de valores, conceptos y creencias a sus descendientes que propician o favorecen procesos mentales de justificación de la violencia. Entre estos valores  y conceptos podría encontrarse el pertenecer a una etnia, religión o pueblo nacionalista de caracter histórico, especial y que está en extinción por culpa del enemigo, cuyas violaciones morales justificarían la violencia por el bien de una causa superior. Esto unido a la creencia de falta de poder político para hacer que se produzcan cambios, aumentan la neurosis de victimización y alienación de dicho grupo que no encuentra otra solución que la justificación y el acceso a la violencia terrorista para conseguir sus fines. 

   * Obsérvese en este punto la importancia que tienen los discursos nacionalistas que  versan sobre la identidad. En el País Vasco, el PNV, recurre constantemente a este tipo de discurso del peligro de extinción de la identidad vasca, sólo hace falta remitirse a la hemeroteca, sin percatarse del daño que puede causar por esta vía al aumentar el sentimiento de victimización y alienación entre sus simpatizantes. Además, con el riesgo añadido, por otra parte irresponsable, de señalar quienes son los que ponen en peligro constante dicha identidad vasca.

   1.2 Mentalidad Criminal: Aunque ya se había apuntado que la mayoría de personas que deciden convertirse en terroristas no son precisamente psicópatas, en algunos casos, algunos de estos individuos han llevado algún tipo de vida delictiva, que favorece el paso a dar hacia la violencia. 
   
   1.3 Ansiedad ante la Muerte: El hecho de ser consciente de nuestra poco trascendencia vital, el miedo ante la muerte si dejar un legado reconocido, juega también un papel imporante en el adoctrinamiento ideológico terrorista.

   1.4 Radicalización Acelerada: Aunque no hay una epifanía clara que determine el momento exacto del paso a integrar una grupo terrorista, en algún momento de sus vidas hay un acontecimiento que acelera la radicalización ideológica, como por ejemplo, la muerte de algún familiar o amigo por motivos políticos o en enfrentamientos policiales, etc...

 2.- LA VIDA DENTRO DEL GRUPO
   
   Las dinámicas que se dan en los grupos estimulan e intensifican la justificación de acciones extremistas. 
* En el  caso del terroristmo de ETA, aquí juega un papel importante los autodenominados Dinamizadores abertzales, éstos se definen como las personas y colectivos encargados de imprimir rapidez e intensidad al proceso de adoctrinamiento ideológico y de controlarlo, con el objetivo de evitar deserciones, interpretaciones o desviaciones en el discurso abertzale, a través de la manipulación hermenéutica y amnésica del revisionismo histórico y la tergiversación de la realidad de los hechos. 
   Este punto está directamente relacionado con el punto 1.1 de El Camino hacia la Violencia. Observar que en muchos comunicados de ETA y de la izquierda abertzale, suelen emplear este término de dinamizador, arrojándose ellos, en última instancia, el papel de dinamizadores en cualquier proceso o negociación que se produjera. Sustituir esa palabra por la definición y obtendreis cual es su intención real.

   Dentro del grupo se toman decisiones más arriesgadas porque el riesgo se percibe como compartido y menos amenazador. Este proceso lleva a la radicalización del grupo y por lo tanto a la radicalización del individuo. El individuo, además, se ve presionado por el grupo o por la masa social que les apoya para aceptar lo consensuado.

   3.- CUESTIONES MORALES

   John Horgan, director del Centro Internacional para el Estudio del Terrorismo de la Universidad de Pensilvania, ha determinado en sus estudios que los individuos que conforman los grupos terroristas poseen convicciones morales muy determinadas, como por ejemplo, la creencia que la violencia no es inmoral. Al principio ignoran sus límites morales internos hasta que están profundamente integrados en el grupo. Como ejemplo de esta, podríamos decir, doble moral, se encuentra el hecho de que muchos puedan pertenecer o integrarse en grupos contra el maltrato animal, (toros, matanzas de focas, ballenas, etc...) ó el hecho de que sólo están cómodos cuando sus acciones terroristas tienen como resultado un número determinado de víctimas o que éstas no sean, por ejemplo, niños.

4.- TERRORISTAS SUICIDAS.
    En el caso de los terroristas suicidas, éstos se encuentran en una situación en el que es dificil dar marcha atrás por la vergüenza o humillación que eso les supondría dentro de su grupo y comunidad, encontrándose además con la denominada presión del grupo, hacia ellos y hacia sus familias. Asimismo, muchos de ellos buscan relevancia personal para dar sentido a su vida con la muerte. Se les promete el paraíso y cien vírgenes, por ejemplo.

5.- ABANDONO DEL TERRORISMO
    Muchos individuos ingresan en la organización terrorista, además de por lo anteriormente expuesto, por las promesas de aventura emocionante y vida glamourosa. En realidad se dan cuenta, una vez que están inmersos en la dinámica del grupo, que éstos están llenos de celos y competitividad, que la clandestinidad a la que se ven abocados y la vida que ello depara es aburrida. 

   * A este respecto es curioso lo que un etarra, recientísimamente detenido, y que dormía asiduamente en el monte para no ser localizado, les manifestó a la Guardia Civil cuando le detuvieron, se alegró porque, por fin, iba a dormir y comer caliente, y no lo dijo con sorna.

   En algunos casos, sus prioridades cambian con la edad, como la necesidad de crear familia. Con la edad y con la percepción de la radicalización del grupo en su ideología y en sus objetivos, muchos se percatan con el tiempo de que dichos objetivos son inalcanzables, lo que les lleva a muchos a comenzar a percibir sus límites morales.

   Bueno, hasta aquí lo que dió de sí el artículo del New York Times. Espero que haya sido de vuestro interés.





1 comentario:

  1. Que interesante, gracias por compartir esto aqui en el blog....Bikiños

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