Esta es la respuesta que Jesús Eguiguren remite a los medios en contestación a la que escribí yo. Os adelanto que ya hablé con él largo y tendido el pasado domingo 21 y por nuestra parte está todo aclarado y solucionado, suponiendo que hubiera algo que solucionar. Un abrazo para Jesús.
Comparto al cien por cien las reflexiones que Josu Puelles vertía en su carta del pasado día 18, sobre el derecho que asiste a las víctimas del terrorismo para intervenir en la vida política de Euskadi. Sus opiniones y su defensa constante de la memoria de su sufrimiento tienen que formar parte de la cultura democrática que, entre todos, debemos impulsar en este país con el fin del terrorismo. Añadiría incluso que las víctimas del terrorismo cuentan con una autoridad moral incuestionable, desde el momento en que fueron escogidas por ETA en nombre de todo el país, para hacer callar al conjunto de la sociedad vasca, en su pretensión de imponer a Euskadi un proyecto totalitario. Por eso mismo, su relato es clave para no olvidar un pasado triste que queremos desterrar para siempre. Cosa distinta es que las decisiones políticas para avanzar en este objetivo tengan que ser adoptadas finalmente por las instancias representativas del país. Eso es lo que quise decir en la entrevista a la que Josu Puelles alude, aunque tal vez no me supe explicar del todo correctamente. Le ofrezco, pues, mis disculpas, que quiero hacer extensivas a quienes, como él, se han podido sentir ofendidos. Aprovecho la ocasión para enviar un fuerte abrazo a mi amigo Josu, a quien conozco, con quien he tenido ocasión de compartir algunos de sus momentos más amargos y a quien admiro por su coraje cívico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario